ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.

ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.
ANA LODOLO DE COIZ, un símbolo de la imigración friulana, llegada a la Colonia 3 de Febrero en 1879

domingo, 2 de mayo de 2010

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA TIERRAS DE LA ZONA

Originalmente, en la época del Virreinato del Río de la Plata, las tierras se denominaban realengas, es decir, sin propietarios o señorío sobre ellas, perteneciendo a la Corona de España.
En el año 1638, mediante la Merced primitiva de Don Mendo de la Cueva y Benavídez, se transfirió a favor del General Don Cristóbal Garay y Saavedra, desde Punta Gorda (Diamante) hasta la desembocadura del arroyo Antonio Tomás, en la margen este de la costa del Río Paraná, teniendo como fondo nada menos que la costa del Río Uruguay, quién dejó fundada la “Estancia de La Cruz”. Seguramente se tuvo en cuenta que Don Cristóbal Garay y Saavedra era descendiente directo de Don Juan de Garay y de Hernandarias; Garay fue el primero en explorar en forma organizada estas tierras entrerrianas, regadas por una cantidad de arroyos y ríos, con una gran vegetación y con un pintoresco relieve producto de sus características lomadas y también se ocupó de fundar varias estancias, que desde la vecina Santa Fe sus poseedores mandaban a poblar con sus peones y capataces. Cave recordar que cuando se fundó Santa Fe se señaló como límite oriental cincuenta leguas al este de las barrancas del Paraná, aunque en la práctica solamente alcanzaron a llegar hasta Nogoyá. Por este tiempo vivían en la región aborígenes de la zona pampeana y tupí-guaraní, organizados en agrupaciones autónomas. Los indígenas oponían una tenaz resistencia a la ocupación de sus tierras para lo cual fue necesario reprimirlos con expediciones punitivas.
La orden de Los Jesuitas el 20 de noviembre de 1659 le compró al general Cristóbal de Garay una tercera parte de sus campos (otra tercera parte se las donó) desde Punta Gorda (Diamante) hasta la desembocadura del arroyo Las Conchas, manteniendo como fondo el Río Uruguay. Los jesuitas tenían la intención de extender las reducciones que habían iniciado tanto en Paraguay como en Misiones y denominaron estos campos como “Estancia San Miguel”. Más tarde, a partir de real decreto del 27 de febrero de 1767 firmado por Carlos III ordenando su expulsión, tuvieron que abandonar no solo esta estancia sino toda la América Meridional, en una maniobra dirigida por el comisionado real don Francisco de Paula Bucareli y Ursúa, por entonces Gobernador de Buenos Aires (nac. en Sevilla el 18/9/1708).
Estas tierras siguieron siendo explotadas por distintos dueños, principalmente por Don Francisco Antonio de Vera y Mujica, Gobernador de Santa Fe, quién era dueño de la Estancia “Las Conchas”, donde 1853 se creara lo que es hoy la localidad de Villa Urquiza, lindante al sur con la Estancia San Miguel.
Posteriormente la Estancia San Miguel pasó a ser de Doña María Francisca Arias Cabrera y Saavedra, casada tiempo más tarde con Don Pedro de Larramendi, por ser la sucesora de la herencia dejada por Hernandarias, reconocimiento hecho por el Gobernador de Santa Fe, Don Melchor Echague y Andía, quién le otorgó el título de propiedad el 5 de julio de 1777.

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