ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.

ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.
ANA LODOLO DE COIZ, un símbolo de la imigración friulana, llegada a la Colonia 3 de Febrero en 1879

jueves, 23 de septiembre de 2010

CAPÍTULO XXXV

Con el arbitraje de Romero jugó el sábado 31 de agosto en Universitario frente a Laprida, al que derrotó por uno a cero. Se consideró injusto este triunfo porque, si bien San Benito tuvo un buen primer tiempo, en el segundo su rival mereció convertir algunos goles, dado su mejor accionar y buen ensamble en sus líneas, pero en el fondo de la defensa se encontraron con dos verdaderos leones: Gerardo Michelín y Carlos Costa, que impidieron todo intento de llegar al empate. Alumni había sido derrotado, por lo que Libanés pasó a la punta con 16 puntos, seguido por Alumni y San Benito con 15 puntos.

La última fecha de la primera rueda se jugó en la misma cancha, frente a Bavio, un equipo de reconocida reciedumbre, con el arbitraje del “turco” Abate. “Bavio deberá esperar a pie juntos la arremetida de la gente del padre Laurencena, quienes saben imprimirle a su juego categoría y moral deportiva”. La lluvia impidió su realización por dos sábados consecutivos. Se jugó el 14 de agosto y fue un buen triunfo por 2 a 0 en un partido animado y, como se preveía, reciamente disputado; el resultado le permitió alcanzar la punta de la tabla de posiciones, junto a Alumni y Libanés.
Por entonces la alegría era indescriptible; parecía un sueño, hacía poco más de cuatro meses atrás nadie hubiera imaginado lo que estaba sucediendo; el comentario generalizado atrajo más gente para alentar y los directivos quisieron hacer un merecido reconocimiento. Los bravos muchachos habían conquistado la punta, incluso eran los que mejor “gol average” tenían a esa altura del torneo. El prestigio del club había quedado bien alto y la encomiable moral deportiva era motivo de admiración por parte de los capitalinos. ¡Había que celebrar! El domingo 15 de agosto se hizo un gran almuerzo criollo en el que participaron jugadores, dirigentes y simpatizantes. Finalizada la rueda inicial, de once partidos habían perdido dos y empatado uno y los restantes eran triunfos, con 29 goles a favor y once en contra.
No podía ser mejor el comienzo de la segunda rueda: En Los Corrales (field de Universitario) derrotó a Don Bosco por 2 a 1. Ante el agrado del público, las acciones fueron parejas y de trámite emocionante, mostrándose el interés y la pasión puesta de manifiesto para lograr la victoria. San Benito jugó mejor en la segunda etapa, y mostró una vez más su preparación al acentuar su juego codicioso en los últimos minutos de juego, confirmando su posición en el torneo.
En la misma cancha enfrentó en la segunda fecha a Canillitas, con el referato de Romero. El ágil conjunto de Canillitas batalló incansablemente los 90’ de juego y tuvo oportunidad de quebrar la defensa de San Benito, donde había algunas dudas y apenas pudieron capear el peligro. El quintero atacante de Canillitas trabajó con ponderable eficacia, aprovechando el atinado juego de su medio campo, pero no pudo doblegar a su rival, que estuvo en una tarde poco feliz de acuerdo con su campaña; pero el resultado lo dejó a dos puntos de los líderes .

CAPÍTULO XXXIV

El equipo de la Banda Roja ganó 4 a 2: “Volvió a jugar con gran entusiasmo el equipo de San Benito, logrando un gran triunfo frente a Salta, que nada pudo hacer para frenar la impetuosidad de los delanteros visitantes que mostraron un inobjetable estado atlético sin dudas motivado por un entrenamiento eficaz. Los 90’ de juego fueron sin cuartel, en donde los zagueros y la línea media de Salta acusaron sensibles yerros, que dio por resultado una desorganización paulatina de la escuadra. S. Benito supo aprovechar esas brechas alzándose airoso con los dos puntos en juego”.
Al sábado siguiente la cita fue en la cancha de Belgrano, donde el Club Bally hacía las veces de local; el equipo estaba con la moral muy alta y con muchas ganas de darle batalla sin claudicaciones a la escuadra del “Gordo” Arús, que años más tarde reemplazaría a Laurencena en la presidencia del Club San Benito. El estado fangoso de la cancha impidió la realización del encuentro que se hizo el 26 de junio.
Con una recaudación de 270 pesos y el referato de Motta, los equipos alinearon así:
Bally: Santini; Böller y Sánchez; Maidana, Ledesma y Torrilla; H. Sosa, O. Sosa, Arrúa, Merele y Córdoba.
San Benito: P. Musich; G. Michelín y J. Téntor; O. Téntor, L. B. Zorzenón y C. Costa, J. M. Falco, O. Bigot, A. Falco, R. Orsuza y M. Müller.
Con goles de J. M. Falco a los 16’ y de Maidana (Bally) de tiro libre a los 20’ y de O. Sosa (Bally) a los 3’ y A. Falco a los 33’ del segundo tiempo, empataron 2 a 2. El partido fue emotivo y recio, con un juego de conjunto magnífico, con delanteros activos y oportunos. San Benito se mostró codicioso en la primera etapa y con una extraordinaria acción, que se estrelló siempre con la férrea defensa del rival. En el complemento fueron éstos los que pusieron en aprietos a Musich. “El empate, verdadero premio a un desempeño altamente satisfactorio de ambas divisas, que protagonizaron en la tarde del sábado un match que nos atreveríamos a calificarlo de magnífico, tanto por el juego desarrollado como por el entusiasmo y caballerosidad de los litigantes”.
En la sexta fecha, enfrentó en la cancha de Universitario a Palermo, ofreciendo un buen espectáculo, para triunfar por 3 a 0, ratificando la excelente calidad exhibida en el torneo.
El 17 de julio tuvo como rival en la misma cancha a Racing; el comentarista opinó en la previa: “San Benito que comienza su campaña con entusiasmo y tenacidad, dio espectáculos magníficos de entereza y sus actuaciones nunca cayeron en la apatía o la indiferencia, tan común en los equipos de Primera B, que pasan rachas sin consistencia”.
El triunfo fue categórico: 4 a 1. Era evidente que el equipo prevalecía por su capacidad de conjunto; “el elevado score que le diera el triunfo a su favor por cuatro goles, pese a que se anularon otros tantos intentos, da como saldo positivo de un equipo que entra a jugar con entusiasmo y garra. Racing no pudo evitar una estruendosa derrota ya que su desorganización tanto en la zaga como en el quinteto delantero, conspiraron para su rendimiento. El juego brusco dio por resultado que los jugadores Monai (que debutaba oficialmente) y Müller, resultaran lesionados, ya que debieron sufrir la acción violenta de los defensores racinguistas”. Tras siete partidos las posiciones eran las siguientes: Alumni 13 puntos, Libanés 12, San Benito 11, Bally 10, Laprida 10, Canillitas 8, Don Bosco 7, Bavio 6, Palermo 6, Banfield 6, Racing 5 y Salta 2.
Por el mismo resultado de 4 a 1 se impuso luego a Banfield en forma brillante, pese a que su rival jugó muy bien. La eficacia se sustentó en una línea media prolija a la hora de repartir el juego, que encontró eco favorable en los delanteros que estuvieron acertados para convertir; el equipo ratificó una vez más su calidad ante el asombro de los que lo veían por primera vez.
¡Ya era noticia de los diarios!; San Benito se había consagrado como la grata revelación del año. Habían sorteado peripecias y obstáculos y los jugadores lograron formar y dar una semblanza de equipo a lo que hasta ese momento había sido un conjunto de voluntades, que luchaban desde el anonimato para brindar a sus paisanos la divisa futbolera a seguir en el futuro, que contemplaba y aunaba el entusiasmo de toda la colectividad sanbenitense. “De allí nació el conjunto que hoy ya es todo una realidad; su presentación correcta desde el primer momento llamó la atención del aficionado que vio en su desempeño capacidad de lucha, entusiasmo y un deseo de hacer las cosas bien, que son un ejemplo de caballerosidad, que los honra. Hoy ya terceros en la tabla con seis partidos ganados, dos perdidos y uno empatado, dicen de la eficiencia apuntada” … no hacen falta más comentarios…

CAPÍTULO XXXIII

EL INGRESO A LA LIGA PARANAENSE DE FÚTBOL
El año 1954 se inició con una intensa actividad; el 16 de febrero se realizó la asamblea anual ordinaria con la presencia de numerosos socios, para elegir la única lista presentada, denominada “San Benito Adelante”; al finalizar “hicieron honor a un suculento asado a la criolla”.
A partir de la nueva Comisión Directiva que resultó electa en aquella asamblea, cuyo Presidente continuó siendo el Pbro. Horacio Laurencena, se comenzó a pensar seriamente en afiliarse a la Liga Paranaense de Fútbol e intervenir en el campeonato oficial de Ascenso. La tarea no iba a resultar fácil, pero de cualquier manera ya se habían logrado varios objetivos que permitían justificar el trascendental paso que se pensaba dar.
El 4 de abril se realizó una Asamblea extraordinaria con la finalidad de solicitar autorización a los asociados para hipotecar el campo de deportes adquirido en 1948 y conseguir un préstamo que permitiera la construcción de la sede social y algunos anexos para las actividades deportivas; hubo una numerosa y entusiasta concurrencia que prestó su conformidad. Si bien la información no lo consigna, en esa asamblea se debió haber conversado con mucha inquietud sobre el trámite de afiliación que por entonces se había iniciado ante la Liga, que estaba presidida desde su fundación en 1942 por el Dr. Francisco Perette.
La grata noticia se dio a conocer públicamente el 27 de abril: “El Concejo Directivo de la L.P.F. concedió la afiliación al Club San Benito para que su equipo intervenga este año en la disputa del Campeonato de Ascenso”. El corresponsal del mismo diario en San Benito opinó al respecto: “Ello significará una responsabilidad más y un ritmo nuevo a sus actividades futbolísticas. El optimismo imperante en dirigentes y jugadores es extraordinario y se espera dejar bien sentados los ya bien ganados prestigios deportivos en la entidad directriz de nuestro fútbol. El Club San Benito ha inscripto dos divisiones, por ahora, a saber: Primera B de Ascenso y cuarta”.
Rápidamente se tuvo que armar de más jugadores y de un entrenador, como así también lograr una cancha para hacer las veces de local, porque no se autorizaba la existente por las falencias de nivelación, falta de vestuarios, falta de alambrado, etc. Respecto a la necesidad de contar con un director técnico, se recurrió a los servicios de un conocido ex jugador del Club Belgrano: “El Negro” Oscar Moreyra, quién actuó con gran suceso desde 1927 a 1937, junto a Scarpín y Buffet, entre otros, y que fue muchas veces citado para jugar en el medio campo del combinado local. Para jugar de local se arregló el alquiler de la cancha con el Club Universitario del Barrio de Los Corrales, reciente campeón de la Primera A, aunque el debut se hizo en la vieja cancha de Patronato, en Villa Sarmiento.
Pero el dilema más importante en ese momento surgió de las exigencias de la propia Liga. En la misma militaba el Club Atlético Belgrano, que desde el 10 de junio de 1911 utilizaba la casaca con bastones verticales azules y blancos, por lo tanto era imposible habilitar a San Benito con una casaca tan similar. Así se lo hicieron conocer al Pte. Horacio Laurencena, quién comunicó la noticia en reunión de Comisión Directiva…y se dio el debate…
Laurencena y la mayoría de los directivos eran hinchas de River Plate de Buenos Aires por lo que, después de la discusión natural, se dio algo previsible: cambiar los colores tradicionales por la camiseta de River, tal cual la que utilizaba en Buenos Aires. Esta disyuntiva pudo haber tenido su resistencia inicial, pero con el correr del tiempo se fue consolidando ante los ojos de los simpatizantes y ante la llegada de una masa mucho mayor de hinchas, tanto de la colonia como de la misma ciudad capital; así se hizo propia, fue el símbolo y el equipo de a poco fue acostumbrándose al mote con que lo había bautizado la afición y el periodismo: “Los muchachos de la Banda Roja”.
Esta fue la realidad, que sin un propósito justificado se pretende poner en tela de juicio por estos días. Nada menos que 55 años después, con tanto camino recorrido, con tantas conquistas en su haber: ¿es prudente mancillarlas por cuestiones caprichosas, producto de mal contenidas pasiones que no tienen nada que ver con el fútbol paranaense?; ¿acaso no merece el cura Laurencena, que hizo tanto por el club, homenajearlo con lo que fue su voluntad hace tantos años?...habrá de resolverse.

El sábado 15 de mayo de 1954 se dio el debut en el Campeonato de Ascenso frente al Club Don Bosco y así comenzó una larga historia de éxitos y fracasos la modesta institución de San Benito. El encuentro fue dirigido por el “panadero” o “Gallego” Giménez y se jugó en la vieja cancha de Patronato de Villa Sarmiento (Santa Teresita), donde tiempo más tarde se instaló el Club Tilcara para jugar al rugby. Tuvo que empezar el campeonato el 8 de mayo pero la lluvia caída en la noche anterior impidió su realización, aumentado la ansiedad de todos. En el mencionado torneo intervendrían: Palermo, Canillitas, Racing, Bally, Banfield, Salta, Laprida, Libanés, Alumni, Don Bosco, Bavio y San Benito.
El debut no pudo ser mejor y dio comienzo a un clásico del fútbol de ascenso; San Benito le ganó 2 a 0 a Don Bosco. Así se inició una cierta paternidad en cuanto a resultados se refiere en este clásico de “santos” que se mantuvo en el tiempo.
Para la segunda fecha se jugó en calidad de visitante en la cancha de Paraná contra Canillitas, que incursionaba en el fútbol con discontinuidad desde el 10 de diciembre de 1924. San Benito logró un triunfo descollante; goleó a sus rivales por 6 a 0. “En esta segunda presentación nuestros muchachos jugaron con todo entusiasmo…”. Como resultado de aquella goleada fueron suspendidos por el tribunal de disciplina: Emiliano Bello y Sueldo por tres fechas y Pedro Dramasco por seis fechas.
A los dos triunfos consecutivos, con ocho goles a favor y ninguno en contra, llegó la primera derrota: fue en la tercera fecha jugada el 29 de mayo y el equipo, que comenzaba a hacer las veces de local en Universitario, cayó dos a uno frente a Alumni, con el arbitraje de Gianelli. Por entonces Alumni alineaba con Sánchez; López y Aranaz; Bournissent, Rabuffetti y Coronado; Godoy, Aristimuño, Báez, Bournissent y Chimento.
Con el dolor del primer tropezón el equipo fue a la cancha de Universitario a jugar frente a Libanés, que marchaba invicto e intentaría hacer una demostración de juego ante un equipo “de la talla de San Benito, quien fue la grata sorpresa del presente campeonato, al adjudicarse victorias de mucho mérito, demostrando en su actuación condiciones sobresalientes como para realizar buenas performances en el futuro”.
Las cosas no pudieron salir peor; con goles de Mendieta de penal a los 40’ y de Zabala y Caíno a los 38’ y 40’ de la segunda etapa, Libanés apabulló 3 a 0 a San Benito. Con una recaudación de 550 pesos y el arbitraje de Zacarías, los equipos formaron con:
San Benito: Nelson Zorzenón; Gerardo Michelín y José Téntor; Oscar Téntor, Carlos Costa y J. Goytea, José María Falco, Ángel Mendoza, Héctor Falco, Raúl Orsuza, Máximo Müller (h).
Libanés: M. Castro; G. Carrero y H. Ellemberger; O. Mendieta, R. Michou y R. Zanuttini; Ramírez, A. Narduzzi, M. Zabala, O. Pacífico y P. Caíno.
La victoria de los verdes de Libanés fue merecida, aunque abultada en goles; el primer tiempo fue parejo, por momentos fue San Benito el dominador, que tuvo mala suerte en la definición y que se vio favorecido con la salida de Pacífico a los 21’ por estar lesionado. A los 27’, Carrero hizo un mal rechazo que tomó Orsuza que entraba a la carrera frente al arquero Castro, pero se ahogó el grito de gol porque su remate salió apenas desviado. Enseguida reingresó Pacífico y Libanés atacó con vehemencia; en una jugada confusa cayeron varios jugadores al suelo y árbitro sancionó un penal, que fue largamente discutido por el público, y se abrió el tanteador. En la segunda etapa el dominio fue mayor, Libanés tuvo más en posesión de la pelota, aunque San Benito tuvo varios avances peligrosos pero sin llegar a convertir.
La segunda derrota consecutiva, fue un severo llamado de atención; posiblemente fue entonces “que colgó los guantes El Chino” Zorzenón, hasta años más tarde cuando actuó por falta de arqueros en cuarta división (1958) y el joven arquero Pedro Musich, más conocido por “El Gato”, comenzó a atajar en el primer equipo, jugando luego por varias temporadas. Haciendo las veces de local, “la homogénea alineación de San Benito” fue a Universitario a jugar frente a Salta, con el arbitraje de Romero, “en una valiente disputa por los puntos”. Por entonces sus rivales jugaban con Gauna; Bruno y López; Reitober (el veterano ex Belgrano), Aguiar y Franco; Garzón, Ibánez, Acevedo, Montiel y Rodríguez.
Respecto a Nelson Zorzenón, no se desvinculó del club porque era quién contribuía en la preparación física de los jugadores de una manera muy eficiente, lo que mereció halagadores comentarios de la prensa, al punto que en abril del año siguiente lo convocó el Club A. Patronato para que preparara su plantel superior, luego que obtuviera el título en el curso dictado por don Guillermo Stábile de la A.F.A.

domingo, 12 de septiembre de 2010

PLANO DE LA COLONIA 3 DE FEBRERO

UBICACIÓN DE LOS PRIMEROS COLONOS
DE NUESTRA JURISDICCIÓN
Si bien el dibujo es precario, muestra la distribución de los primeros colonos que arribaron a nuestra zona a partir de abril de 1879. Se puede observar en la parte superior, lo que se llamó Colonia Brugo II, es lo que en la actualidad se denomina Colonia Avellaneda. Ese campo había sido originalmente de doña Catalina Ledesma, viuda del Sargento Mayor de Caballería del ejército de Urquiza, don Pedro Mansilla. Luego, por una ley de 1881 le quitaron la mitad a Catalina Ledesma, fracción que pasó a manos de los hermanos Brugo, los que ampliaron la original Colonia 3 de Febrero con esa amplia fracción y con lo que había sido el campo del Teniente José María Soto (presente en la Batalla de Las Tunas), ubicado al Este de la colonia hasta el arroyo Sauce Grande.