Echando una simple mirada sobre los datos estadísticos relativos a la emigración contemporánea del Friuli, es notable su aumento a partir del año 1866, con posteridad a la guerra con Austria. Luego de la anexión del Friuli al reino de Italia la emigración fue un fenómeno de claras características y de dimensiones diferentes a lo que se había observado hasta ese momento.
De acuerdo a diversos testimonios, uno de los principales componentes, que fue concurrente para determinar los motivos migratorios, fue el grave estado de retracción económica que se observaba por entonces en el Friuli.
Es importante advertir que algunos de estos componentes se fueron eliminando con cierta rapidez, siendo que mucho de ellos eran viejos problemas que venían afrontando.
Por ejemplo: solamente en tres décadas fueron numerosas las realizaciones que se operaron en el Friuli, empezando por la más antigua y, en cierto aspecto, fundamental, el rompimiento del vínculo feudal. La Ley respectiva fue sancionada el 19 de abril de 1870. Esta Ley era un significativo paso hacia adelante ya que había sido largamente reclamado, lo que esclarecía nuevos horizontes a la agricultura, al crédito bancario y a una economía más productiva.
El nacimiento de la banca se produjo casi inmediatamente a la victoria italiana con la apertura de una sucursal de la Banca Nazionale el 6 de diciembre de 1866 y fueron surgiendo también varias instituciones de crédito y educación cooperativa. También el ferrocarril adquirió un gran impulso, con el comienzo en 1873 de la línea Udine - Pontebba (Austria), la que, sumada a otras obras, se constituyó en una red ferroviaria de primer orden. La enseñanza adquirió un impulso notable con la apertura de numerosos colegios.
El clima liberal favoreció la apertura y el crecimiento de las asociaciones culturales y deportivas, mientras que la prensa le daba impulso a la actividad gráfica, con posibilidades de realizar una acción crítica y estimulante. Hubo grandes obras públicas y se ordenó la administración de la Comuna de Udine.
Aunque “L´Associazione Agraria Friulana” con su resguardo interesado al problema migratorio llevaba una acción concreta, progresivamente, fue tomando una tenue dirección hacia la representación de los intereses de los grandes propietarios y por tal razón no pudo desarrollar una acción positiva, ya que la mayoría de los agricultores friulanos, debido a aquel proceso de transformación, estaba compuesto por pequeños propietarios, cuyos intereses no coincidían con los de los grandes propietarios.
Por otra parte, la cría del gusano y la industria de la seda estaba en crisis en ese momento. La epidemia de “la pebrina”* desde antes de 1866 hasta fines de 1867 y la introducción de la seda oriental causaron efectos negativos en esta industria, aunque la apertura de numerosos establecimientos ocupaba mucha mano de obra, incluso faltaba ya que, igualmente los operarios preferían emigrar porque tenían posibilidades de ganar más en otros países. El más afectado fue el campesino, quién, privado de las utilidades que provenían de la crianza de los gusanos de seda, desfinanciados (quizás sobremanera porque también había que agregarle el aporte de la especulación, de los intermediarios que nunca faltaron) y realmente estaban atrapado por la indigencia, ya que aquel dinero que imprevistamente le comenzó a faltar era el componente insustituible de una magra ganancia, entonces vio delante suyo abrírsele las puertas de par en par para emprender la emigración. Esta fue una de las causas más importante para el aumento de la emigración del Friuli.
Otra causa no menos importante fue la social. Por esos años aún sobrevivían en el Friuli determinados aspectos autoritarios de parte del "patrón" en confrontación con el colono, extendiéndose a toda la agricultura friulana, más aún allí donde la pequeña propiedad conquistada con muchísimos sacrificios era susceptible del fraccionamiento y de la usura. Era evidente que la carencia de capital y del crédito jugaban un rol importante en las confrontaciones cotidianas; era una lucha que los pequeños propietarios debían afrontar individualmente. Para ello la solución hubiera sido la asociación, pero tropezaban no solo con el obstáculo de lo organizativo y programático. Se puede afirmar que una de las características típicas del friulano era el individualismo. Un individualismo que en algunos casos era aceptable y positivo y en otros casos era absolutamente negativo.
Una suerte de innata prevención para con la asociación se acoplaba a aquella primera causa para la innovación. Una sospecha pedante, miope, frenaba al friulano en su reporte hacia los demás y cuando tenía que enfrentar cualquier problema no tradicional, por ejemplo, cuando tenía que sembrar una semilla de trigo distinta a la usual.
En su afán por la autocrítica los friulanos se autobautizaron: “Firmes, honestos, trabajadores y encerrados en una torre de marfil”. Se puede concluir que ese absoluto individualismo, a veces envidioso, es largamente el mayor de sus defectos. Todo esto traía una dimensión como consecuencia: pequeñas oficinas, pequeños campos, pequeños intereses, pequeñas perspectivas; aún cuando el espíritu asociativo estuviera latente en cada uno de ellos, prosperaba más la envidia hacia el prójimo.
Estaban íntimamente convencidos que era necesario movilizarse, romper los viejos esquemas, abrirse, pero, faltándoles el coraje para tomar esa decisión, “no encontraban otro remedio que criticar despiadadamente, solo porque aquella nueva idea los sacudía del plácido sopor que los hacía felices, con las piernas sobre la mesa y con un vaso por delante”, tal la descripción de Pedro Silverio Leicht.
Es cierto que no se puede negar la responsabilidad de los demás para con el Friuli, pero el conformismo de víctima, la crítica perenne, la falta del salto para quebrar viejos esquemas, para afrontar una realidad más dinámica, para sentirse parte de una sociedad más grande que la de su propia casa, eran (y son) defectos que los friulanos debieron eliminar de cuajo si querían progresar y evitar que los demás los pisotearan siempre y de cualquier manera.
Más allá de la evidente opresión de las clases sociales más pudientes sobre los indigentes agricultores y colonos, se debe reconocer que también quedaban expuestos a la posibilidad de emigrar debido al espíritu demasiado pasivo que animaba sutilmente a los friulanos, para lo que contribuía con generosidad la acción de los clérigos.
Para ello basta con echar una mirada sobre el Friuli de hoy y conocer su propia opinión: "Las batallas sindicales y políticas, por ejemplo, tienen en el Friuli conductas bastante débiles. Débilmente se protesta, débilmente se pide y se pretende. Después, así como los demás están habituados a distintas formas de protesta, de petición, de pretensión y, por esa razón, son tenidos en cuenta, nosotros, discretos - en el fondo inofensivos - no sabemos más que refugiarnos en la estéril protesta detrás de las cuatro paredes de la casa o, a lo sumo, de la hostería... Nos falta siempre el envión para dar a nuestra voces el tono fuerte y decisivo, como si tuviéramos miedo de nuestras regiones, como si por ello debiéramos aparecer como provincialistas porque defendemos nuestros intereses".
Resumidamente, las principales causas que originaron la masiva emigración del Friuli a partir del año 1866 son las siguientes:
01.- La crisis de la industria de la seda, con la consiguiente retracción de la economía friulana en un 70%, provocando un grave perjuicio a los colonos criadores del gusano de seda.
02.- La crisis de la pequeña propiedad campesina como consecuencia de la disminución general del precio de los productos agrícolas, de las divisiones hereditarias, de la carencia de capitales, del excesivo fraccionamiento de los terrenos, de la excesiva presión fiscal, en especial sobre los productos de la canasta familiar.
03.- El progresivo retroceso social, en cuánto muchos propietarios, embargados por las deudas y las amenazas de ruina por parte de los usureros, preferían vender sus pocos campos y tentar fortuna en el extranjero.
04.- La masiva presencia en la sociedad rural de los "sotans", clase desheredada y abandonada, más nociva que útil para el proceso productivo agrícola, en condiciones de indigencia vergonzosa y con un mínimo de nutrición, remanente de lo que podría denominarse la peonada criolla.
05.- Un excesivo individualismo, característico de los friulanos, que se ponía aún más en evidencia en el contacto con la sociedad más evolucionada, ya que rechazaba la asociación, el esfuerzo coordinado, ideal para dar vida a las iniciativas de carácter industrial y de cooperación en el sector de labranza y en la venta de los productos agrícolas.
06.- La ausencia de una voluntad de reacción, de protesta, de manera que la condición de indigencia era asumida con resignación, sin ofrecer ninguna lucha.
07.- El proselitismo para propagar la idea migratoria, que los oportunistas habían instituido porque les posibilitaba lograr buenas ganancias organizando grupos de colonos para conducirlos hacia el extranjero, colocándolos en trabajos redituables o reclutándolos por encargue de emprendimientos extranjeros.
08.- La tendencia a considerar la emigración como única forma de salvación ante la situación económica bastante grave, entusiasmándose hasta los más jóvenes (aún los niños y las muchachas). Esta ilusión terminaba fatalmente por influenciar generaciones aún en formación, intelectual y física, de manera tal que la emigración se transformaba en la única perspectiva de vida.
09.- Una tendencia a uniformarse, dentro del círculo paisano, a las opiniones prevalecientes. Así se explica cómo algunos centros de emigración tenían una enorme cantidad de candidatos, no justificables por otra razón que no sea la propensión a uniformarse a la costumbre paisana, que por entonces era la de emigrar.
No obstante, hay algunos estudiosos que han sostenido que la gran onda migratoria friulana fue provocada solo por la presión fiscal ejercida por el gobierno italiano, en mayor medida que cuando dependían del gobierno austríaco.
La emigración masiva surgió del Friuli que hasta 1866 había estado anexado a Austria. Así, partieron en distintas direcciones desde Cormons, Casassa, Cervignano (Gorizia), Orsaria, Cantore Theresia (Cividale), Scodavacca, Muscoli (Trieste), Villa Vicentina, Tricésimo, Pradamano, Fiumicello, Villese, Foián, Romans, San Vito al Torre, Capriva, San Lorenzo, Mariano, Turriaco, Lucinico, Campolongo, Moraro, Monfalcone, Gradisca D´Izonzo, etc.
De esta emigración, según estadísticas, volvieron al Friuli años más tarde solo el 14% de los que se habían desparramado, más que nada por América; sin embargo, en el caso específico de la Argentina, hacia 1912 y 1914 habían regresado a su patria más del 30%, muchos de ellos convocados a raíz del primer conflicto mundial.
Las simpatías hacia el Emperador Francisco José de Estrasburgo, (Austria), "il Kaiser Cecco Beppe", (Franz Joseph Des Ersten Kaisers Von Oesterreich, para los austríacos) en unos, la influencia de la iglesia católica que se oponía al proceso de industrialización en la región en otros y la generalizada esperanza de una vida mejor, hicieron que se iniciara la emigración en masa a partir de 1870 en adelante.
Por mayor información ingresa a nibita50@ciudad.com.ar
La historia de San Benito, del Departamento Paraná, Provincia de Entre Ríos, Argentina, estará reflejada en este blog, tomando sus orígenes como la colonia agrícola "3 de Febrero". Pero también ´para descubrir lo que era antes de la colonización iniciada en abril 1879. anibaljusto50@gmail.com
ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.
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