ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.

ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.
ANA LODOLO DE COIZ, un símbolo de la imigración friulana, llegada a la Colonia 3 de Febrero en 1879

jueves, 29 de julio de 2010

CLUB ATLÉTICO Y SOCIAL SAN BENITO

CAPÍTULO III
“3 DE FEBRERO FOOT BALL CLUB”
(CONTINUACIÓN)
Entre los primeros jugadores que desde la voz popular se mencionaron en el tiempo como integrantes de la formación del primer cuadro que representaba al equipo de la Colonia “3 de Febrero” se puede mencionar a Ángel Brenna, Alfredo Lessa, Félix L. Genolet, Máximo Müller, que fue su primer arquero, Mario Bearzi, Ricardo Miceo, etc.
No es extraño que el arquero del primer equipo que representó a la Colonia “3 de Febrero” haya sido don Máximo L. F. Müller ya que había debutado en ese puesto el 22 de julio de 1907 en un partido jugado en el Campo Candioti de Paraná y fue a partir de entonces un gran guardameta defendiendo los colores rojiblancos del recién fundado Paraná Foot Ball Club, hoy decano del fútbol capitalino. Hasta 1915 era arquero de Paraná, cuando se reincorporó este club a la Federación de Fútbol, integrando la primera división junto a B. Elena, R. Pintos, Hollard, E. Zaragoza, L. Almada, H. Almada, Blanco, E. Harroy, l. Genache, J. Prieto.
Máximo Müller no tardó en afincarse en San Benito trabajando como tornero en los talleres de don Luis Falco, casándose con una de sus hijas, María Luisa, en mayo de 1916. Esta relación le permitió integrar el equipo de fútbol que por entonces comenzaba a hacer sus primeras experiencias deportivas en la localidad. Seguramente contribuyó también en la difusión del reglamento de este deporte porque había tenido actuaciones como árbitro en varios encuentros, que merecieron el reconocimiento público.
Así comenzó el desarrollo de este juego tan popular en la zona agrícola adyacente a la capital entrerriana, que de a poco fue arraigándose entre los jóvenes. Ya por entonces existían en Paraná varios equipos y poco menos clubes, como Paraná FBC, Talleres FBC, Estudiantes FBC, Provincial, Estudiantes de Comercio, Belgrano y otros tantos que desaparecieron con el tiempo, como también meses más tarde (en diciembre de 1914) nacía Patronato de la Juventud Católica frente a la Plaza del Seminario.
En diciembre de 1942 en la publicación “Paraná Campaña” que aparecía mensualmente se dedicó dos páginas a San Benito y en el comentario sobre la faz deportiva se rescata lo siguiente: “Deporte. En cuanto a la faz deportiva debemos manifestar que el deporte que más se ha practicado y con todo entusiasmo ha sido el fútbol. Años antes a 1923 se practicó este deporte pero sin estar auspiciado por ninguna entidad organizada…”
Se debe reconocer que todos los clubes, por más humildes que sean, tienen un pasado digno de ser rescatado y merecen el reconocimiento toda vez que por ellos han pasados muchos individuos que dejaron su señal, su sello, ya sea por sus cualidades deportivas, como por su actividad como dirigentes o de simples asociados.
Sabemos que este tipo de instituciones, los clubes, se fueron generando a partir de la necesidad de utilizar el tiempo libre de manera organizada y comunitaria por parte de nuestros pueblos, pero no podemos dejar de reconocer que la forma en que se fueron estructurando tiene mucho que ver con la influencia del ferrocarril, que habría caminos por el interior de nuestra patria y con el mismo llegaron los ingleses con su estilo respecto a la generación de actividades de esparcimiento, introduciendo en nuestro país no solamente la práctica del fútbol sino la mayoría de los deportes.
Volviendo a lo nuestro, hay muchas versiones orales respecto a los orígenes del Club San Benito, todas ellas respetables, que forman parte del acervo popular, sostenido en el tiempo en cualquier oportunidad que se presente para rememorar tiempos pasados. Claro que a veces, en el afán por narrar hechos del pasado, se corre el peligro de distorsionar, agregar o quitar acontecimientos, como lo que ha ocurrido hasta con nuestra misma historia nacional, escrita en más de una oportunidad por plumas empastadas de ideología sectaria o política.
El pasado del club representativo de la ciudad de San Benito se puede dividir perfectamente en cuatro etapas principales: El “3 de Febrero Foot Ball Club” – Club Atlético San Benito - La etapa del cura Laurencena y la Afiliación a la Liga Paranaense - Los últimos cuarenta años.
Después de aquel histórico encuentro y otros que se pudieron ir realizando esporádicamente, nació en San Benito dos años después el “3 de Febrero Foot Ball Club”. Comenzó como un equipo representativo, siendo el embrión de un club que nacería algunos años después. Como dato referencial sobre la fundación de este club se toma el 9 de julio de 1916, sin que para ello exista documentación que lo certifique; no obstante, el dato preciso y categórico es el transcripto de manera textual que surge de setiembre de 1914: Por entonces un equipo de fútbol de San Benito nos había representado, empatando cero a cero con su similar de la Escuela Alberdi.
Si fue José Tomás Zapata el impulsor de la formación del primer equipo de fútbol, no es difícil deducir, tal vez aventurando una explicación, que dicho maestro no era originario del distrito, venía desde la ciudad y que la primer denominación que conoció cuando llego designado a su nuevo destino fue, precisamente: Colonia 3 de Febrero, por lo que no es difícil suponer la razón por la cual se llamó así al primer equipo de la localidad, aún cuando ya era de uso popular “San Benito” para identificar el lugar.Al mencionar el terreno de las hipótesis, se debe recurrir en este caso a atar cabos ante la falta total de datos que nos den una relación de continuidad, pero existe una información que nos acerca muchísimo a la verdad sobre el inicio del club de San Benito. Casi se diría que es propiamente el origen del fútbol local aquel partido antes mencionado, porque no es casual lo ocurrido aquel sábado 26 de setiembre de 1914, ya que una columna de prensa anunciaba pocos días después, lo siguiente:
“Oct.8.- Ha quedado constituida a iniciativa del Sub Inspector de Escuelas J. Barcón Olesa la Comisión Directiva de la “Sociedad Fomento Escolar y Social del Distrito Sauce” en la forma siguiente: Presidente José Bisiac, Vicepresidente Enrique Puigarnau, Secretario J. Tomás Zapata, pro secretario Alfredo Argenti, Tesorero Agustín Pando, pro tesorero Luís Genolet, Vocales Señor J. Barcón Olesa, Ricardo Estrada, Luís Restano y Cristóbal Zatti”.
¿Es acaso una casualidad que el designado Presidente de la Sociedad de Fomento Escolar y Social haya sido, precisamente, el dueño del terreno donde se había hecho la primer cancha de fútbol, que llamaron la plaza de ejercicios físicos? Para nada, ya que fue su secretario el maestro José Tomás Zapata, lo que significa que se había armado días atrás la mencionada sociedad con su equipo de fútbol representativo. En esta comisión fue pro Tesorero Luis Genolet (abuelo de Nelson “Chino” Zorzenón), quién vivía en la otra cuadra, en la esquina de Rivadavia y Friuli (donde hoy existe una ferretería) y que años más tarde aparecerá como uno de los fundadores del “3 de Febrero F.B.C.” en 1923.
¿Debemos reconocer en los integrantes de esta flamante comisión a los verdaderos fundadores, a los que cavaron el cimiento sólido del actual club?; ¿es que acaso desde este presente se puede seguir esperando que en el futuro alguien nos de más luz sobre el pasado?...
Lamentablemente el maestro Zapata estuvo poco tiempo ejerciendo en la escuela N° 28, ya que para diciembre de 1914 estaba al frente de la misma quién había sido su ayudante desde el mes de marzo, según esta noticia: “En la escuela de esta localidad con motivo de haberse terminado las tareas escolares, se llevó a cabo una exposición de labores, estando a exposición del público varios días los trabajos hechos durante el año por las alumnas y ex alumnas. Las prendas han sido muy admiradas por las familias visitantes, habiéndose distinguido los trabajos de las alumnas: Irida Costa, Corina Lesa, Isabel Genolet, Teresa Pellarini, Italia Fontana, María Luisa Lesa, María Zuiani, T. Bizai, Aída Bader, Julia Genolet, Carmen Ilarza, Eulalia Vieytes y Olga Pellarini. Resultaron sobresalientes por la delicadeza y buen gusto las obras presentadas por las ex alumnas señoritas Ángela Falco, Josefa de Zapata y María Luisa Falco. Felicitamos a la directora Sta. Emma Zapata por haber visto coronados sus esfuerzos con el éxito alcanzado”.
Ratificando aún más acerca de la ausencia de Zapata en la localidad, por Resolución de febrero de 1915 fueron designados en la escuela infantil 3 de Febrero de San Benito, la maestra rural Elena Rolando como directora e Isolina Casanova como ayudante.
El maestro José T. Zapata pasó a ejercer en Paraná, y para setiembre de 1916 seguía vinculado al fútbol, siendo miembro del “Estudiantes de Comercio F. B. C.” (que no tiene nada que ver con el Club Estudiantes actual), según este suelto de prensa: “El viernes Estudiantes de Comercio F.B.C. dará un beneficio en el Ítalo Argentino. Tomará parte en varios números el señor F. Garcilazo, el señor José T. Zapata leerá unas poesías y se exhibirá la gran cinta “El Sacrificio de un Alma”. Esperase que este festival sea todo un éxito. El producido destinarase para el arreglo del campo de deportes (campo Candioti) el cual lo ha conseguido por el plazo de cinco años”.
No hay registros que nos pongan al tanto si la actividad futbolística tuvo continuidad, sin embargo, si hubiera sido así la prensa de la época lo hubiera hecho notar. Esta afirmación no es temeraria toda vez que en este tiempo se le daba mucha importancia y difusión a todos los encuentros de fútbol que se llevaban a cabo, incluso a los de infantiles. Por ejemplo: los primeros equipos que armó el cura Bartolomé Grella con su Patronato desde el 14 de diciembre de 1914 eran publicados hasta con el nombre y apellido de cada uno de los participantes. También se daban a conocer los partidos que se jugaban en los alrededores.
Los medios de prensa contaban por entonces con muy poca información deportiva porque el fútbol “oficial” en Paraná se había detenido a raíz de un cisma entre la dirigencia y se prolongó hasta mediados de 1919, lo cual hace presumir que cualquier noticia acerca del fútbol debería haber sido bien recibida.
Hay que tener en cuenta que en ese momento el mundo estaba sufriendo la primera guerra, que fue desde 1914 a 1918, y la mayoría de las familias europeas afincadas en la zona sufrían sus pormenores con mucha ansiedad. Incluso hubo quiénes viajaron para incorporarse como soldado en dicha guerra, Pauloni por poner un ejemplo, lo que significó un estado de preocupación muy pronunciado.
Numerosos vecinos de San Benito suscribieron al movimiento de neutralidad firmado en octubre de 1917, pudiéndose mencionar a: Máximo Müller, José Bisiac, Luís Falco, Ignacio A. Falco, Miguel L. Falco, Manuel Hilarza, Francisco Miceo, Antonio Cernez, Bernardo Hilarza, María Luisa Falco de Müller, Berta Müller, etc. junto a todos los colonos extranjeros de la zona.
De esta manera la falta de práctica del fútbol no puede ser casual, sino que nos indica que la misma en este tiempo era esporádica, al menos. Así transcurrieron algunos años, sin embargo no es aventurado pensar que aquel equipo de la Sociedad de Fomento Escolar y Social de 1914 se haya transformado en el equipo del “3 de Febrero Foot Ball Club” del presunto 9 de julio de 1916, al que la voz popular hace culto. Hay que destacar que hasta aquí se ha hecho alusión al equipo y no al club.
Es digno tener en cuenta que los que iniciaron el fútbol en San Benito no fueron precisamente los colonos, sino que fueron los que estaban en el casco poblado de la localidad, que en 1920 contaba con 600 habitantes y toda la colonia tenía alrededor de 2.300, siendo la agricultura y la ganadería las principales actividades. Entre los que tuvieron alguna relación con los inicios de club, se puede hacer mención a los siguientes vecinos: José Bisiac, Alcalde y almacenero; Agustín Pando, Jefe de Correos; Luis Genolet y Ángel Argenti, acopiadores; Federico Bader, Luis Lesa, Romeo Zampa, José Zorzenón y Pando, almaceneros; Luis Falco, carpintero y fabricante de carros; Stelio Vatta, “médico” y farmacéutico; Bautista Bearzi, fabricante de ladrillos; Bernardo Hilarza, panadero; y entre los chacareros se puede mencionar a Valentín Valentinuz, al único que tuvo algo que ver con el club.
Para tener un dato categórico sobre esta afirmación se puede tomar como referencia más precisa la siguiente columna de un diario de 1923:
“NUEVO CLUB. En el vecino pueblo de San Benito ha quedado constituido un nuevo club que llevará el nombre de “3 de Febrero F.B.C.” habiendo sido constituida la Comisión Directiva como sigue:
Presidente J. (Jacinto) Pérez, Secretario J. (Juan) Bader, Tesorero P. (Pedro) C. Vieytes, Vocales Wanglio (Manglio) Vatta, A. (Alfredo) Sosa (Lesa), E. (Enrique) Badere (Bader) y L. (Luís) Genolet”.
Entonces no es aventurado afirmar que quién introdujo el fútbol fue el maestro José Tomás Zapata y quién le dio más actividad y concretó su organización fue el maestro Jacinto Pérez, quién venía siendo un deportista activo y que cuando era estudiante en la Escuela Alberdi era wing derecho titular en el equipo de dicho colegio, junto, Taborda, González, Segovia y Rico.
Reiterando el comentario del capítulo anterior publicado en el mensuario “Paraná Campaña” de diciembre de 1942, sobre la práctica del fútbol sin el auspicio de entidad organizada, el mismo continuaba de esta manera: “…Desde 1923 recién puede decirse que el fútbol adquiere su verdadero desarrollo, acrecentando en años sucesivos un gran poderío. Formaban la escuadra superior muchachos locales que supieron mantener en lides memorables los prestigios conseguidos a pura corazón.
Debemos señalar como recuerdo justicieros a los verdaderos iniciadores y propulsores que lo fueron los señores José Demartín, Mario Bearzi y Ricardo Miceo.
Formada la entidad futbolística “3 de Febrero” F.B.C., cuyo título histórico hacía honor a la colonia que lleva el mismo nombre, empezó una época de progreso orgánico bajo la directiva del Sr. Jacinto A. Pérez y muy pronto los colores: aquel celeste y blanco que fueron elegidos como símbolos, fueron paseados con honor en la palestra de los pueblos y villas adyacentes, cosechándose lauros inmarcesibles que viven en el recuerdo de los que supieron brindar sus mejores energías al desarrollo del popular deporte.
Atizando el pasado, no podemos dejar de nombrar aquellos muchachos de la primera etapa, que ofrendaron su acción tesonera y su entusiasmo sin precio…¡noches aquellas! Al descampado y bajo el claro resplandor de la luna, amiga desinteresada que ayudaba a encontrar la pelota y terminado de esa forma el entrenamiento de la semana, aparecían el domingo próximo dispuestos a vender cara la derrota en la lid los crakcs que lo fueron del primer tiempo: Félix Luis Genolet, Ángel Brenna, Alfredo Lessa, Aleardo Vatta, Manlio Vatta, Pedro Serra, Justo Tomasini, Juan Bader, Enrique Bader, Ignacio Falco, Miguel Falco, Máximo Müller, Marino Valentinuz y Jacinto Pérez como capitán.
No podrán borrarse de la memoria de los que participaron de aquellas memorables jornadas, las embajadas futbolísticas que se trasladaban en carros de cuatro ruedas, que marchaban tirados por burritos que andaban al son de rebenques.
Don Juan Pralong ¡con cuánta alegría acarreaba a los muchachos! ¡Cómo se dilataban sus mandíbulas para festejar con una carcajada la humorada juvenil; honorífico carrero, estampa del criollo bien plantado, bien te cabe el brochazo de este olímpico recuerdo!
Sigue el carro devorando distancias…frío en el ambiente y qué calor de entusiasmo abrigando en los pechos. Entonces el deporte era una inclinación al bien, no sólo del cuerpo sino del espíritu, medio de vinculación entre los pueblos, mensajero de paz y confraternidad.
De aquellos muchachos entusiastas del año 20 que impusieron el fútbol en nuestro medio a fuerza de corazonada…”

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