ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.

ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.
ANA LODOLO DE COIZ, un símbolo de la imigración friulana, llegada a la Colonia 3 de Febrero en 1879

jueves, 8 de julio de 2010

COMENTARIOS DE UN PUBLICISTA

MÁS SOBRE ALEJO PEYRET
No deja de ser interesante transcribir más sobre la crónica que realizó don Alejo Peyret sobre su visita a la colonia, ya que el acceso a su libro "Una Visita a las Colonias de la República Argentina" es casi imposible, por estar agotado:
"He recorrido, aunque rápidamente, el ejido y los alrededores de la ciudad de Paraná, capital de la provincia. Las colonias que tiene el departamento son las siguientes: La colonia Municipal, que está situada en el ejido propiamente dicho y la colonia "3 de Febrero" fundada a continuación del municipio por los señores Brugo y que también se conoce por este nombre.
Estas dos colonias en realidad son una sola... De la colonia "Municipal" pasamos a la colonia "3 de Febrero". El comisario Zeballos (Ceballos), quien me acompañaba, habiendo sido puesto a mi disposición por el gobierno de la provincia, había mandado a avisar al cura de esa localidad que veníamos a visitarlo y que preparara el almuerzo, pues el momento psicológico y también gastronómico de comer había llegado para nosotros, como llegó en 1871 la hora del bombardeo para los parisienses.
Cruzamos pues, el arroyo de las Tunas - o mejor dicho la cañada- que divide ambas colonias y llegamos a casa del cura, el señor Domingo Garafaso, pero el cura había salido temprano y por consiguiente no había almuerzo preparado. Nos dirigimos, pues, a una pulpería inmediata, regenteada por un italiano, que da de comer a los albañiles que construyen la iglesia de San Benito, porque este es el nombre que va a darse al pueblo proyectado en ese paraje.
La idea pertenece al cura; él lo puso bajo la protección de San Benito, porque ese santo es el patrón de los hombres trabajadores: es sabido que él introdujo el trabajo manual en los conventos de monjes que, anteriormente pasaban todo el tiempo sumidos en la contemplación religiosa, la cual tan fácilmente puede rayar en locura, en monomanía, en alucinación extática.
A las tres de la tarde vimos al señor cura, quién nos explicó la elección de ese patrón. Aquí, díjonos, todos somos agricultores, y trabajamos la tierra como San Benito. Efectivamente, él estaba en mangas de camisa, con una vara en la mano, dirigiendo a los albañiles y a los peones.
La iglesia, bien situada, pudiendo percibirse a grandes distancias, en una especie de valle formado por la cuchilla inmediata, tendrá cuarenta metros de largo y veinte de ancho, cuando esté concluida; por ahora tiene diez metros de ancho y diez y nueve de largo, del estilo romano.
La casa del cura tendrá veintinueve metros de largo y cinco de ancho. La escuela tendrá veinte metros de largo y siete de ancho. Delante de la iglesia habrá una plaza grande y un sitio reservado para enseñar la agricultura a los niños. Habrá cinco casas de recreo para alquilar a los que quieran ir allá a pasar una temporada y para servir de refugio a los desvalidos. Pondráse un teléfono para comunicar con la ciudad del Paraná.
Habiéndose proyectado un tranway hasta los Corrales, es decir, unos tres o cuatro kilómetros de la ciudad, el señor cura va a trabajar para que se prolongue hasta el pueblo San Benito, que es el punto céntrico de las dos colonias, "Municipal" y "3 de Febrero", y de las estancias inmediatas, es decir, de nueve mil individuos mas o menos.
La planta urbana tiene ya panadería, carnicería y zapatería. El cura va a pedir también una estafeta para que la correspondencia llegue sin demora a manos de los colonos.
De todo cuanto acabo de decir resulta que antes de mucho tiempo San Benito será un punto de romería interesante, y para la capital provincial una especie de Belgrano o de San José de Flores.
Continuamos nuestra peregrinación, llegando a un punto culminante que domina la colonia hasta el Sauce y permite ver en lontananza las casas blanqueadas de las estancias, coloreadas y como abrazadas por el sol que iba en ocaso. El Sauce es el límite este de la colonia, a cuatro leguas de la ciudad.
Luego emprendimos el regreso, visitando de paso varias familias. Antonio Escarafía (Scarafía) es un italiano, piamontés; puede, díjome el comisario, considerarse entre los ricos; llegó hace siete u ocho años y traía algún dinero; posee ochenta cuadras cuadradas, unos setenta animales vacunos, a los cuales da de beber con el agua de su pozo, cavado en un punto elevadísimo y por consiguiente muy hondo, y cosecha alrededor de quinientas fanegas de trigo.
José Genolet es un suizo del cantón de Valés (Valais), y fue uno de los primeros fundadores de la colonia "Esperanza" en Santa Fe. Embarcose en el puerto de Dunkerque para la tierra ignota. Dejó aquella colonia porque no tenía bastante terreno, como hicieron muchas otras familias por el mismo motivo. Dice que se les había prometido un terreno comunal, cuya promesa jamás se realizó. Agrega que los indios molestaban a los colonos, arrebatando animales y aún personas....
...Volviendo a Genolet, tiene cuatro concesiones, una trilladora que le costó tres mil setecientos pesos oro y una segadora. Dice que todo se produce aquí, aún la papa y la batata, pero este año la seca ha hecho mucho daño.
Genolet hizo dos viajes a Europa y trajo una porción de familias a América, advirtiendo que uno de los individuos traídos por él es el más rico de las colonias de Santa Fe y posee cinco leguas de campo.
El hijo de Genolet es mecánico; no lo hizo doctor, como hacen tantos europeos enriquecidos, que consideran deshonroso el trabajo industrial que los elevó a la fortuna. Genolet comprende que la mecánica es la gran palanca del mundo humano, pues, como lo dice un gran pensador inglés, Stuar Mill, si mal no recuerdo, la única cosa de que dispone el hombre, es el movimiento. Todos los hombres indistintamente deberían estudiar la mecánica, puesto que todos necesitan practicarla...
...Actualmente la colonia está poblada con ciento veinte y siete familias.
Los terrenos ocupados por la colonia tienen un área de dos mil novecientos cuadras cuadradas más o menos. El número de habitantes será de mil doscientos a mil cuatrocientos.
Valores de la colonia: 1.650 bueyes ($ m/n 49.500), 754 caballos ($ m/n 15.240), 381 lecheras ($m/n 11.430), 548 cerdos ($m/n 5.080), gallinas y otra aves ($m(n 12.500), arados de acero ($m/n 9.525), rastras ($m/n 4.572), segadoras, etc. ($m/n 35.000), trilladoras ($ m/n 9.000), poblaciones, cercados, etc. ($ m/n 58.000), valor de la tierra aproximadamente ($m/n 350.000), lo que suma $ 559.847 m/n. Producido: en trigo $m/n 60.000, lino $m/n 25.000, maíz $m/n 15.000, venta de huevos, aves, etc.$ m/n 17.000, suma $ 117.000.
La iglesia y demás edificios que están construyéndose están presupuestados en la suma de treinta mil pesos, que costearán los colonos de la colonia Brugo y del ejido.
La cosecha en este año ha producido la tercera parte en trigos, y se han perdido totalmente la del maíz a causa de la seca; a pesar de esto ninguna de las familias sufrirá malestar porque no solamente han podido cubrirse pequeñas deudas, sino que les ha quedado un pequeño sobrante y su crédito que es más que todo.
Que la familias de la colonia "Brugo" se han portado bien, me fue asegurado igualmente por el comisario Zeballos, quién atiende a las dos colonias solamente con dos soldados, cuando necesitaría cuatro por lo menos. pero esto prueba la buena índole de los habitantes suizos, italianos, austríacos, franceses, argentinos que la componen".

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