ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.

ANA LÓDOLO DE COIZ, luego DE BIGOT.
ANA LODOLO DE COIZ, un símbolo de la imigración friulana, llegada a la Colonia 3 de Febrero en 1879

domingo, 19 de diciembre de 2010

ESCUELA DE CAMPAÑA DE COLONIA BRUGO

Ha quedado claro que en San Benito, Colonia 3 de Febrero, en el año 1886 Don José Simeón Pando, hijo de Marcos Pando, de 24 años, maestro no diplomado y comerciante del lugar desde el año 1883, venía dando clases en forma particular, en el Distrito Tunas, como en realidad se denominaba a la zona antes de la colonización friulana. Desde fines de agosto de 1887 al Pbro. Benito Garabaso se le había encomendado la atención religiosa de las Colonias Brugo (“3 de Febrero”), Municipal y Sauce en calidad de capellán. El 25 de noviembre de 1887 se bendijo la piedra fundamental de la iglesia y otras construcciones, en lo que luego sería el primer edificio escolar.
Alejo Peyret, señaló en su visita a San Benito en marzo de 1888, en vísperas de la bendición de la iglesia parroquial, que se estaba en plena construcción de la iglesia, la casa del cura y de la escuela, que tendría veinte metros de largo por siete de ancho. Es de apreciar que el cura Garabaso tenía preocupación por la enseñanza de los hijos de los colonos inmigrantes. En estos precisos días, por otra parte, la opinión pública tenía cierta preocupación por el nacimiento de escuelas en distintos lugares bajo el nombre de la "Unione e Benevolenza" italiana y, si se tiene en cuenta la intención de servir también a la Colonia Municipal en la que vivían numerosos italianos, es interesante tener en cuenta algunos párrafos de la editorial de un periódico de Paraná, que a lo mejor no cabe para las intenciones que pudo haber tenido Garabaso al respecto pero que, de cualquier manera, puede rozar las intenciones que tenía Don Pedro Scrosoppi, maestro llegado de Italia, que tenía escuelas particulares en el Saucecito y en el ejido municipal de Paraná, lo que puede corroborarse en las Estadísticas Escolares del año 1889 que se transcriben más adelante, y sirve para ubicarnos en el pensamiento de la época, si es que la prensa era el reflejo de la opinión de distintos sectores de la población. Precisamente, "La Opinión de Entre Ríos" de Paraná el lunes 23 de abril de 1888, en su editorial, produjo un ácido comentario bajo el título " Hijos de Inmigrantes", porque se los educaba con la enseñanza italiana: "Los hijos de italianos nacidos en Argentina son argentinos y deben ser educados bajo los sentimientos de su patria que es ésta. Y aquellos que los sustraen de esta atmósfera pretendiendo inculcarles los sentimientos de una patria que no es la de ellos, cometen dos faltas: la una contra el país de su adopción y la otra contra sus hijos mismos, pues debilitan en su alma el amor y el respeto por su patria... Las fieras se adhieren a la cueva, su morada: todos los animales de la creación muestran afección por el árbol, por la selva, por la peña, en donde tienen lo que podría llamarse su hogar; el vulgo llama a eso la "querencia", es decir, el lugar del cariño del irracional. ¿Y los italianos negarían a sus hijos el irreemplazable y natural goce que los brutos sienten?
Afirmamos que la conducta que censuramos es hija de una falsa noción de patriotismo y una desviación de los sentimientos que ligan al hombre a la patria natal; ellos no pueden - porque "la naturaleza" les grita en son de protesta y la Constitución Argentina les prohíbe - imponer a sus hijos nacidos aquí la ciudadanía de sus padres... Todos estos hechos indican la conveniencia de que el Congreso legisle sobre la instrucción primaria, asunto de que muy pronto nos ocuparemos detenidamente".

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