El nuevo
cura Pbro. Juan Bautista Uriarte realizó actividades en forma inmediata y para
el 16 de octubre convocó a una gran fiesta a través de la prensa: “HOY
TENDRÁ LUGAR UNA FIESTA. Hoy tendrá lugar una fiesta solemne en la Colonia “San
Benito” con misa cantada y otras ceremonias religiosas. Es probable que
concurran los jóvenes de la Estudiantina para dar realce y animación a la
fiesta con su simpática presencia.
También
habrá carruajes y otras comodidades para que puedan asistir fácilmente cuántos
tengan interés en asistir a una sagrada ceremonia al mismo tiempo que hacer un
agradable paseo por esas alegres campiñas”[1].
La actividad
del cura Uriarte duró tres años al frente de la Vice Capellanía de San Benito.
El 16 de marzo de 1895 es conocida la siguiente noticia: “ECLESIÁSTICAS. Por vapor Saturno ha llegado ayer a esta ciudad un
magnífico estandarte religioso destinado al templo de la COLONIA SAN BENITO. Es
una rica obra de arte; lleva de un lado la imagen del patrón San Benito y del
otro emblemas místicos. El Sr. Mazzini ha sido el intermediario para la
adquisición de esta bella obra”[2].
También tuvo que ver con la llegada de las Hermanas de la Caridad para fundar
la escuela privada católica en la localidad.
A mediados
del año 1895 comenzó a tener algunos problemas, como el descripto en el
Capítulo correspondiente al Juzgado de Paz, con cuyo responsable tuvo algunos
enfrentamientos que trascendieron a
través de la prensa paranaense, como la aparecida el 7 de mayo de 1895, en “El
Entre Ríos”.
El 5 de
agosto de 1895 el Pbro. Juan Bautista Uriarte fue trasladado a la Parroquia de
Nogoyá y en su reemplazo se designó al Pbro. Pascual Robilotta[3],
a quién se le concedieron las facultades especiales como Capellán[4].
La labor
pastoral del cura Robilotta fue muy fugaz, ya que solo estuvo al frente de la
vice capellanía 44 días. Solo de la prensa se rescata el siguiente comentario:
“Fiesta
en San Benito. Con motivo de ser el 65º aniversario del nacimiento del
emperador de Austria Hungría, Francisco José I, se celebró el domingo (18/8/1895)
una
interesante y patriótica fiesta en la Colonia San Benito.
La
Comisión partió de esta ciudad a las 8 de la mañana, compuesta de los señores
Alejandro Mohor Presidente, Antonio Livasich Vice Presidente, Serapio Livasich
Secretario y el Tesorero Alberto Kessler.
Se
llevó de esta ciudad una buena orquesta y un coro completo para el solemne Te
Deum que se cantó en la iglesia San Benito, al que concurrieron seiscientos
personas más o menos y los alumnos de ambos establecimientos de educación.
Después,
la concurrencia se dirigió al restaurant de Fontana, cuyo local se había
arreglado con todo esmero para el banquete, en el que reinó la alegría y el
regocijo.
El
Señor Alberto Kessler leyó un hermoso y patriótico discurso del señor Mohor,
Presidente de la Sociedad, recordando la patria, su noble emperador y brindando
por fin por su salud, por la Sociedad Austro Húngara y por la segunda patria:
la República Argentina.
La
Comisión dirigió un telegrama al Ministro Plenipotenciario de esa Nación en
esta República, barón de Salzberg, felicitando a S.M. y deseándole larga vida y
salud”. (74) El Pbro. Pascual Robilotta fue trasladado a la localidad de
Cavour, provincia de Santa Fe, el 19 de setiembre de 1895 y se designó como
reemplazante en la Capellanía al Pbro. Victorio M. Peyla[5].
Al momento
de su designación el Pbro. Peyla recién estaba partiendo desde Europa hacia
estas tierras. Una Noticia aparecida en la prensa el 26 de noviembre informaba
sobre su llegada: “Eclesiásticas. Ayer
llegó de Turín el sacerdote Don Vittorio M. Peyla, llamado por los colonos del
Pueblo de San Benito, de este Departamento. Es sobrino del célebre
educacionalista y Misionero Señor Peyla, tan conocido y apreciado en Diamante. Dicho
sacerdote cuenta con treinta y cuatro años de edad. Trae documentos de primer
orden de sus prelados europeos y de otras personas respetables. Hoy partió a
hacerse cargo de su Iglesia”[6].
El 19 de diciembre de 1895 el cura Peyla recibió las facultades de los párrocos
como capellán de la Colonia San Benito[7].
De lo poco
que se ha podido recoger sobre la actividad pastoral del Pbro. Peyla, se
transcribe la siguiente noticia de prensa aparecido el 28 de mayo de 1896: “AVISO.
El martes 2 de junio a las 9 a.m. tendrá lugar en la Colonia 3 de Febrero (o
sea San Benito) el funeral en sufragio de
las víctimas de los italianos en África. La Comisión invita a todos los que
quieran honrar a tan beneméritos soldados de la amiga la bella Italia. Única
invitación”[8]. Otra noticia apareció el 26 de
setiembre de 1896: “En San Benito. Mañana 27 de corriente tendrá lugar en el Pueblo de San
Benito una solemne fiesta eclesiástica con motivo de la confirmación de gran
número de ambos sexos, actuando en primera línea el R.P. Pantaleón Galloso y el
Dr. Don Jacinto Viñas con otros sacerdotes más de nuestro clero, siendo el
padrino de las confirmaciones el Dr. Don Ramón Calderón y la madrina la
dignísima Señora del Sr. Presidente del Senado, en ejercicio del P.E. Dña.
Martina R. de Zaballa.
Habrá
una regular orquesta para divertir los oídos de los concurrentes. Ofrece pasar
un día agradable a los que se decidan asistir al acto, pues San Benito es una
pequeña población pintoresca y a corta distancia de esta Capital. Tiene una
plazoleta frente a la Iglesia hecha un precioso jardín, merced a la
laboriosidad y buen gusto del actual Cura Párroco con la cooperación de algunos
progresistas colonos y el Señor Profesor Don Vittorio M. Peyla. !A San Benito a
pasar un buen rato!”[9].
El lunes 28
de setiembre la prensa comentó: “FIESTA RELIGIOSA. Tuvo lugar ayer en la
importante colonia San Benito la consagración de la imagen que representa a la
Virgen del Carmen, Patrona de la localidad.
Al
propio tiempo el Señor Galloso administró el Sacramento de la Confirmación a
todos los cristianos de ambos sexos y edad de siete años en adelante que se
presentaron, alcanzando a ciento treinta y tantos los que confirmaron su fe
ante el ara santa de la Virgen del Carmelo.
Con
motivo de la festividad del día, el señor Viñas pronunció una de sus oraciones
sagradas que conmueven el alma de los creyentes y despiertan la reflexión de
los más despreocupados en materia religiosa.
Fueron
padrinos de la Confirmación la piadosa Señora Martina R. de Zaballa, esposa del
actual Gobernador en ejercicio D. Carlos Zaballa, que también concurrió al acto
y el Doctor Ramón Calderón.
La
capilla colgada con una elegante y sencilla combinación de cortinajes punzó,
orlados de plata, presentaba un aspecto sencillo y elegante.
La
imagen, algo o menos que de talla, obra hecha hace algunos años en esta misma
ciudad y regalo de la familia del Sr. Ramira, Oficial Mayor del Ministerio de
Hacienda, colocada en un templete formado por columnas blancas circundadas por
espiral de flores, lucía el sencillo traje tradicional de la madre del Salvador
en la advocación del Carmen. Es una obra de mérito.
A las
tres de la tarde se sacó esta imagen en procesión, recorriendo la bonita plaza
cuyo trazado y arboleda se debe a la iniciativa del señor Cura de esa Colonia. Como
mil quinientas personas, perfectamente organizadas, formaban el séquito de la
Virgen, entonando himnos y revelando en su sencillo recogimiento la fe de sus
creencias.
Fue
un espectáculo que infundía respeto, evocando en nuestra mente recuerdos de la niñez.
En el
día de ayer la colonia ha sido visitada por numerosas familias y caballeros de
esta Capital, siendo todos agasajados con amabilidad extrema por aquel
vecindario.
A
nosotros nos cupo en suerte, a invitación del Sr. Seguí, recibir los obsequios
de su discreta esposa, señora de irreprochable educación, que se desvivió por
atender a más de cincuenta personas que se sentaron a su mesa, habiendo ocupado
la mayor parte de ellas para su viaje de ida y regreso a esta ciudad carruajes
del Señor Seguí, cuya amabilidad para obsequiar a sus numerosos huéspedes, ha
dejado en todos ellos gratísimos recuerdos, así como la hermosa fiesta
religiosa, que ha demostrado la piedad de esos laboriosos colonos y el celo con
que atiende al culto católico el Señor Cura, cuyo nombre sentimos no recordar”[10].
Este hecho
es muy singular ya que fue la primera vez en la rica historia de la ciudad de San Benito, Entre Ríos, que llegó un
Gobernador de la Provincia en forma oficial.
La labor del
cura Peyla fue nuevamente reconocida poco más tarde, el 27 de octubre de 1896,
por la prensa de Paraná: “UN
BUEN CURA. En los pueblos de nueva formación donde la sencillez del campesino
honrado constituye el núcleo principal del vecindario, el progreso local
depende en mucha parte del Cura que alienta a todos con su ejemplo, sus
virtudes y su iniciativa.
De
esto tenemos un ejemplo resaltante en la vecina población de San Benito.
Desde
que se halla al frente de aquella Iglesia el inteligente y activo Sacerdote, D.
Victorio Peyla, se extiende el progreso cada día en aquella colonia, dándole
nuevo aspecto y nueva vida.
Se ha
formado una bonita plaza, donde antes era solo parada de carros y palenque de
atar caballos. En ella se ha trazado un sencillo parque inglés con plantaciones
de chucarinas y paseos de pedregullo. Seiscientos metros se han apisonado y
cincuenta chucarinas ha regalado el señor Cura.
Por
iniciativa del mismo se ha realizado la obra tan exigida por las necesidades
públicas , del arreglo del puente sobre el arroyo “Las Tunas”; en la Iglesia,
que po- see una ornamentación de primer orden, se van a colocar los cielo
rasos; y por la misma iniciativa se verificarán bien pronto las plantaciones de
arboleda en las dos hermosas y principales calles del pueblecito.
¿Para
qué tributar elogios de quién así conduce?
El
Sacerdote, que no solo se limita al culto y a los intereses morales de su
feligresía, sino que preside su progreso y la conduce por el camino de la
utilidad general y del embellecimiento de la población, tiene el mejor elogio
en sus propias obras y la recompensa mas digna en el prestigio con que sostiene
su alta misión”.
“LOS
COLONOS DE SAN BENITO. No todos los vecinos de la campaña y colonias se dan
cuenta que si la acción de la Comisión de Puentes y Caminos no se encuentra
secundada por la que ellos pueden prestar, los beneficios que deberían
obtenerse en favor de la vialidad del Departamento, pierden en gran parte su
eficacia.
Siguiendo
tales ideas queremos hacer conocer de nuestros lectores lo que no ha muchos
días ha sucedido en la Colonia 3 de Febrero. Casi simultáneamente se
presentaron a la Comisión, pidiendo el arreglo de dos pasos en aquella Colonia.
Los
vecinos de la parte Oeste querían se arreglara la calle que saliendo del arroyo
Las Tunas llega al pueblo de San Benito y los de la parte Este solicitaban el
arreglo de un mal paso en la Ensenadita.
La
Comisión que solamente hubiera podido componer un solo paso, pues los recursos destinados a tales obras eran
insuficientes, hizo presente esto a las personas encargadas de gestionar los
respectivos pedidos.
Pero los vecinos de San Benito no desmayaron
por tan poco - Conocido el conflicto acuden al Sr. Cura, hombre progresista por
cierto, el que sin más trámites, reúne a sus fieles y les hace comprender la
conveniencia., que a no dudarlo existe, en dejar aquella calle bien arreglada.
- Así lo entienden los colonos que prometen ayudarlo y echadas las cuentas
resulta que con solo cien pesos que entregó la Comisión de Puentes y Caminos
aquella calle de zanjones se ve convertida de la noche a la mañana en
espléndido boulevard.
Por
otra parte el Sr. José Viñas, Presidente de la Comisión que ve tan buena
disposición por parte de aquel vecindario, solicita y obtiene la facultad para
mandar construir una espléndida fajina de piedra con su correspondiente
alcantarilla en el Paso de La Ensenadita dando así como final del cuento que
por pocos pesos el vecindario de la Colonia 3 de Febrero y todo otro que quiera
hacerlo, recorre esos dominios sin el peligro de gastar su plata en la
compostura de llantas, arreos u otras menudencias.
Es de
sentirse que en otras colonias no se hagan las cosas lo mismo que en ésta, tal
vez quizás porque los curas de aquellas no se inspiran en estos ejemplos ó,
porque los vecinos no quieren incomodarse a la espera, tal vez, que del cielo
baje algún arquitecto.- Y seguramente esto no tiene otra razón, como lo dejamos
dicho, que la de no darse cuenta, que siendo las necesidades muy grandes debido
a la extensión del Departamento, los recursos son en relación limitados y por
consiguiente la Comisión necesita el concurso del vecindario de la campaña para
que su acción sea lo más benéfica posible y que las obras a efectuarse sean
hechas económicamente.
Felicitamos
a los vecinos de la Colonia 3 de Febrero por el empeñoso interés de propender
al mejoramiento y adelanto de aquella colonia”[11].
[1] 16/10/1892. “El Látigo”, periódico de
Paraná. Hemeroteca del Archivo General de Entre Ríos.
[2] 16 de marzo de 1895. “El Entre Ríos”
de Paraná. Hemeroteca del Archivo General de Entre Ríos.
[3] Folio 182. 5/8/1895. Libro de Títulos
y Ordenes II de la Catedral. Archivo General Arquidiocesano de Paraná.
[4]
Folio 28. 5/8/1895. Libro de
Rescriptos III de la Catedral. Archivo General Arquidiocesano de Paraná.
[5] Folio 28. 5/8/1895. Libro de
Rescriptos III de la Catedral. Archivo General Arquidiocesano de Paraná.
[6] Martes 20 de agosto de 1895. “El
Entre Ríos” de Paraná. Hemeroteca del Archivo General de Entre Ríos.
[7] Folio 183. 19/9/1895. Libro de
Títulos y Ordenes II de la Catedral. Archivo General Arquidiocesano de Paraná.
[8] Martes 26 de noviembre de 1895. “El
Entre Ríos” de Paraná. Hemeroteca del Archivo General de Entre Ríos.
[9] Folio 30. 19/12/1895. Libro de
Rescriptos III de la Catedral. Archivo
General Arquidiocesano de Paraná.
[10] Sábado 26 de setiembre de 1896. “El
Entre Ríos” de Paraná. Hemeroteca del Archivo General de Entre Ríos.
[11] Lunes 28 de setiembre de 1896. “El
Entre Ríos” de Paraná. Hemeroteca del
Archivo General de Entre Ríos.
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